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Ataque aéreo israelí en Gaza mata al corresponsal de Al Jazeera Anas al-Sharif y colegas


El periodista palestino murió junto a otros reporteros en un bombardeo israelí, en medio de crecientes denuncias por la represión contra la prensa en la Franja de Gaza.

El corresponsal palestino Anas al-Sharif, de 28 años, fue asesinado la noche del domingo junto a otros reporteros en un bombardeo israelí en la ciudad de Gaza. El ataque, que también cobró la vida del periodista Mohamed Qreiqeh y al menos cuatro comunicadores más, elevó a 192 el número de periodistas muertos desde el inicio de la ofensiva israelí, según el Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ).

El ejército israelí acusó a al-Sharif de integrar una célula de Hamás, afirmación que el reportero y la cadena catarí Al Jazeera calificaron de “infundada” y “parte de una campaña de desprestigio”. La emisora responsabilizó a Israel de un “asesinato selectivo” y denunció una estrategia para silenciar a las voces que documentan la guerra.

Un blanco en medio del bloqueo informativo

El ataque se produjo mientras los periodistas se refugiaban cerca del Hospital Shifa, el mayor complejo médico de la ciudad, cuya entrada resultó dañada. Gaza permanece cerrada a la prensa internacional, y Al Jazeera es uno de los pocos medios que mantiene un equipo de cobertura en el enclave.

Desde el estallido de la guerra, Israel ha clausurado las oficinas de Al Jazeera en su territorio, bloqueado su señal y allanado sus instalaciones en Cisjordania. Entre sus pérdidas más recientes figuran los reporteros Ismail al-Ghoul, Rami al-Rifi y el periodista independiente Hossam Shabat.

Reacciones internacionales y llamado a la investigación

Las condenas llegaron desde la ONU, Amnistía Internacional, el Instituto Internacional de Prensa y diversas asociaciones de periodistas, que exigieron una investigación independiente e imparcial.

La relatora especial de la ONU, Irene Khan, advirtió que los ataques contra reporteros en Gaza forman parte de “una estrategia deliberada para suprimir la verdad y obstaculizar la rendición de cuentas”.

Durante su carrera, al-Sharif documentó bombardeos, hambre y desplazamiento forzado en Gaza. En julio, rompió en llanto al aire al relatar la muerte lenta de civiles por inanición. En un mensaje póstumo preparado antes de su muerte, afirmó: “Nunca dudé en transmitir la verdad tal como es”.

Su colega Qreiqeh, de 33 años, deja dos hijos. Ambos periodistas permanecieron separados de sus familias durante meses debido a la guerra.

Organizaciones humanitarias insisten en que proteger a los periodistas es esencial para garantizar la verdad en medio del conflicto, y que sus asesinatos podrían constituir crímenes de guerra bajo el derecho internacional.

AGENCIAS / pedroluisgimenezserrada@gmail.com / CNP: 21337