EE.UU. endurece restricciones al asilo en la frontera en plena campaña electoral
El Gobierno de Biden implementa nuevas medidas que dificultan levantar el veto al asilo, en medio de un debate clave sobre migración de cara a las elecciones entre Kamala Harris y Donald Trump.
Este lunes, el Gobierno de Estados Unidos anunció un nuevo paquete de medidas para consolidar las restricciones al asilo en la frontera con México, endureciendo aún más las condiciones para quienes buscan protección en el país. La decisión llega en un momento crucial, a poco más de un mes de las elecciones presidenciales entre la candidata demócrata Kamala Harris y el aspirante republicano Donald Trump, en las que la gestión de la migración se ha convertido en un tema clave del debate.
Las nuevas regulaciones dificultan levantar el veto al asilo que está en vigor desde junio, cuando el Gobierno promulgó una norma que prohibía a las personas que cruzaran irregularmente solicitar asilo. Tras su implementación, las detenciones de migrantes se redujeron a su nivel más bajo en cuatro años. Sin embargo, este nuevo paquete eleva aún más los requisitos, extendiendo el periodo en que las cifras de cruces irregulares deben mantenerse bajas para considerar levantar la prohibición.
Alejandro Mayorkas, secretario de Seguridad Nacional (DHS), indicó en un comunicado que las nuevas reglas buscan “reforzar la seguridad en la frontera y disuadir la migración irregular”. Bajo las modificaciones anunciadas, las detenciones de migrantes deben permanecer por debajo de los 1.500 cruces diarios durante un periodo de 28 días consecutivos para que las restricciones puedan ser reconsideradas. Esta es una modificación significativa respecto a la norma inicial, que establecía un periodo de solo siete días.
Además, las cifras de cruces ahora incluirán a los menores no acompañados, lo que añade más obstáculos para quienes intentan ingresar a EE.UU. en busca de protección.
Desde la entrada en vigor de las restricciones, las expulsiones de migrantes se han disparado. Según datos del DHS, el 70% de los adultos y familias detenidos en la frontera han sido deportados. De hecho, entre junio y agosto, las autoridades casi triplicaron el porcentaje de personas expulsadas tras ser arrestadas por la Patrulla Fronteriza.
Este panorama ha generado fuertes críticas por parte de organizaciones de derechos humanos. Yael Schacher, directora para América de Refugees International, aseguró que “la decisión de modificar las restricciones es un intento desesperado por limitar el asilo, más que un esfuerzo real por controlar la frontera”. Otros expertos, como Adam Isaacson de WOLA, consideran que “con los números actuales de cruces, es difícil imaginar que las restricciones vayan a ser levantadas en el futuro próximo”.
A pesar de la reducción en los cruces, las organizaciones continúan advirtiendo que las nuevas medidas ponen en riesgo la vida de muchas personas que buscan protección en Estados Unidos, mientras el debate migratorio sigue intensificándose a medida que se acercan las elecciones.
La administración demócrata busca equilibrar las presiones de seguridad fronteriza con las críticas de sectores que abogan por los derechos de los migrantes, en un momento donde la gestión de la migración será clave en el resultado electoral de noviembre.
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