Murió Violeta Chamorro, primera presidenta electa de América
A los 95 años de edad falleció la madrugada del sábado 14 de junio de 2025, la expresidenta de Nicaragua, Violeta Barrios de Chamorro, una figura histórica que marcó un antes y un después en la política del continente. El deceso ocurrió en la ciudad de San José, donde residía desde 2023 debido a su delicado estado de salud.
La noticia fue confirmada por su familia a través de un comunicado oficial: “Nuestra madre Violeta Barrios de Chamorro, expresidenta de Nicaragua, falleció hoy 14 de junio de 2025 a las 2:21 de la madrugada en San José, Costa Rica, después de una larga enfermedad”.
Nacida en Rivas el 18 de octubre de 1929, Chamorro hizo historia al convertirse en la primera mujer presidenta electa por voto popular en toda América. En febrero de 1990, derrotó al entonces mandatario Daniel Ortega, líder del Frente Sandinista de Liberación Nacional, marcando un hito en la transición democrática de Nicaragua.
“La libertad es el alma y la razón de ser de Nicaragua”, expresó durante su toma de posesión el 25 de abril de 1990, en uno de los discursos más recordados de su carrera. Con esas palabras, selló su compromiso con una transición pacífica tras años de guerra civil.
Chamorro fue también esposa de Pedro Joaquín Chamorro Cardenal, periodista asesinado en 1978 por la dictadura somocista. A lo largo de su vida, enfrentó la represión de múltiples regímenes, tanto como ciudadana como madre: tres de sus hijos se encuentran hoy en el exilio y sin nacionalidad, tras ser perseguidos por el gobierno de Ortega y Murillo.
Su hija Cristiana Chamorro, y su hijo Pedro Joaquín Chamorro Barrios fueron excarcelados y desterrados en 2023. Mientras, Carlos Fernando Chamorro, periodista y director de Confidencial, vive en Costa Rica desde 2021.
Los restos de doña Violeta descansarán temporalmente en San José hasta que, como expresó su familia, “Nicaragua vuelva a ser República”. Se espera una ceremonia religiosa en Costa Rica en las próximas horas, como homenaje a su legado de paz, justicia y libertad.
La expresidenta deja una huella imborrable como símbolo de una Nicaragua posible, donde los cambios se logran con votos, no con armas.
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