Tragedia en Bolívar: Derrumbe en Mina “Bulla Loca” deja 30 mineros muertos y más de 100 atrapados
La comunidad minera de La Paragua se estremece tras el desastre, mientras equipos de rescate trabajan contrarreloj en la búsqueda de sobrevivientes.
La tranquilidad en La Paragua, estado Bolívar, se ha visto sacudida por una tragedia de proporciones devastadoras. El derrumbe de la mina conocida como “Bulla Loca” ha dejado un saldo desgarrador: al menos 30 mineros han perdido la vida y más de 100 personas permanecen atrapadas bajo toneladas de escombros.
El alcalde de Angostura, Yorgi Arciniega, confirmó la dolorosa cifra de víctimas fatales y la magnitud del desafío que enfrentan los equipos de rescate. “Equipos de socorro ya se encuentran en la zona realizando labores de rescate”, afirmó Arciniega en declaraciones a CNN, mientras la esperanza y la angustia se entrelazan en la comunidad minera.
Edgar Colina Reyes, secretario de Seguridad Ciudadana del Estado Bolívar, también se pronunció sobre el trágico suceso, aunque al momento de ofrecer información solo se habían confirmado dos muertes y dos heridos. “La Fuerza Armada Nacional Bolivariana (Fanb), bomberos de protección civil y varios organismos de seguridad ciudadana están movilizándose hacia la zona por vía aérea”, indicó Reyes a AFP, resaltando la urgencia de la situación.
Mientras tanto, las horas pasan y la incertidumbre crece entre los familiares de los atrapados. La tarde del martes 20 de febrero, más de 130 personas quedaron atrapadas en el interior de la mina, desencadenando una carrera contra el tiempo por salvar vidas.
El viceministro de gestión de riesgo y Protección Civil, Carlos Pérez Ampueda, destacó la importancia de evaluar los daños y llevar a cabo un análisis exhaustivo de rescate en medio de condiciones extremadamente difíciles.
Los antecedentes de este trágico evento remiten a problemas estructurales en la actividad minera de la región. La mina “Bulla Loca”, según la ONG Fundaredes, habría sido objeto de operaciones ilegales controladas por bandas criminales, lo que aumenta la gravedad de la situación y la complejidad de las labores de rescate.
En un año marcado por tragedias similares, la comunidad minera de Bolívar enfrenta una vez más la crudeza de una realidad marcada por la precariedad laboral y la falta de regulación. La memoria de eventos pasados, como el colapso en la comunidad indígena de Ikabarú en diciembre, sigue fresca en la conciencia colectiva.
En un contexto donde la actividad minera ha sido objeto de investigaciones y denuncias, urge una respuesta contundente por parte de las autoridades para evitar que tragedias como esta se repitan en el futuro.
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