Latinoamérica encuentra impulso en Brasil y México: FMI mejora sus previsiones económicas para la región
El panorama económico de Latinoamérica y el Caribe se muestra más alentador, gracias al dinamismo inesperado de dos de sus principales actores económicos: Brasil y México. El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha revisado al alza sus proyecciones de crecimiento para esta región, ofreciendo un optimismo renovado en su informe económico presentado este martes.
Según las nuevas previsiones, Latinoamérica experimentará un crecimiento del 1,9 % en 2023, lo que representa un aumento de tres décimas respecto a las proyecciones anteriores emitidas en abril. Esta revisión al alza ha sido propiciada por el avance sólido y superior a lo esperado que han tenido las economías de Brasil y México, dos importantes motores de la región.
Para el año 2024, el FMI mantiene su previsión de crecimiento en un 2,2 % para el conjunto de la región, lo que demuestra una consolidación de la recuperación económica que se vislumbra en el horizonte.
A pesar de estos alentadores datos, es importante señalar que el crecimiento latinoamericano durante 2023 y 2024 será aún menor que el registrado en 2021, cuando la economía repuntó en un sorprendente 7 %. Asimismo, el 3,9 % de crecimiento observado en 2022 durante la recuperación posterior a la pandemia, también marcará una diferencia con las previsiones actuales.
En un análisis más detallado, Pierre-Olivier Gourinchas, director de Investigación del Fondo, destacó que la demanda interna en la región se mantiene “relativamente fuerte”, aunque se espera que se debilite en 2023 en comparación con el año anterior.
Estos nuevos datos generan un escenario de expectativas más positivas para Latinoamérica, impulsando la confianza en el futuro económico de la región. No obstante, se hace necesario un seguimiento cuidadoso de las variables económicas y un enfoque en la sostenibilidad de este crecimiento en el mediano y largo plazo.
El FMI reafirma su compromiso con Latinoamérica y el Caribe, respaldando el crecimiento económico y la estabilidad financiera, y se espera que esta mejora en las previsiones sea un catalizador para una senda de desarrollo sostenible en la región.
